En el salón La Misión del Centro de Capacitación, se proyectó y debatió El Chacal de Nahueltoro del chileno Miguel Littín.

El debate posterior que contó con el Dr. Juan Antonio Galuppo, como moderador, demostró que la película a pesar del paso del tiempo, sigue generando debates profundos y muchos interrogantes que aún no han encontrado respuestas sobre los fundamentos del delito y la justicia.

Uno de los innumerables comentarios que generó el filme, señala:

Basada en un hecho real, El Chacal de Nahueltoro (1969) es una historia de miseria y marginalidad, de personajes que malviven y tratan de sobrevivir entre el hambre, la violencia y el analfabetismo.

Según su guionista y director (Miguel Littín) nos señala en los créditos iniciales, la película trata de "La infancia, amor, regeneración y muerte de Jorge Del Carmen Valenzuela Torres, quien se hace llamar también José Del Carmen Valenzuela Torres, Jorge Sandoval Espinoza, José Jorge Castillo Torres, alias El Campano, El Trucha, El Canaca, El Chacal de Nahueltoro".

En agosto de 1960, en Nahueltoro (Chile), un asesinato múltiple horrorizó a todo el país: Jorge del Carmen Valenzuela Torres mató con una guadaña a la mujer que lo había acogido en su casa y a los cinco hijos de esta.

La brutalidad de las seis muertes hizo que los chilenos apodaran al asesino con el nombre de El Chacal de Nahueltoro.

Rápidamente detenido, El Chacal fue juzgado, condenado a muerte y fusilado tres años más tarde, el 30 de abril de 1963.

Miguel Littín -representante de lo que en los últimos años sesenta se llamó Nuevo Cine Chileno- escribió la historia de este hombre utilizando el expediente judicial y las entrevistas al asesino hechas por la prensa.

La película se rodó en las localizaciones en que ocurrieron los hechos, incluída la cárcel en la que fue recluído, y con la participación de los presos de la misma.

Su lenguaje visual es de documental, unas veces, y, otras, de reportaje televisivo y su estética recuerda al Neorrealismo Italiano.

La historia es narrada por el protagonista, que nos va contando su vida desde la infancia (cuando huye de su casa con ocho años y debe empezar a luchar por sobrevivir como puede) hasta el momento de su ejecución.

El Chacal de Nahueltoro (magníficamente interpretado por Nelson Villagra) hace que el espectador oscile entre sentimientos encontrados: La compasión... el horror... la ternura... la repulsión... y que no sepa qué pensar del asesino.

Creo que, al final, vence la conmiseración. Porque uno acaba comprendiendo que el Chacal es tan víctima como la mujer y los niños a los que ha dado muerte, según él, para ahorrarles sufrimientos en el futuro.

Una vez en la cárcel, El Chacal aprende a leer y escribir, a relacionarse con los demás presos, a trabajar en diferentes oficios y empieza a tener conciencia del bien y del mal. Empieza, en definitiva, a desarrollar el ser humano que lleva dentro y deja de ser ese individuo primario y básico, casi animal, que ha sido hasta ese momento.

La película acaba, como ya se nos ha avisado en los créditos, con la muerte del protagonista. Pero, en la vida real, la historia de El Chacal de Nahueltoro no ha terminado todavía: Su tumba se ha convertido en lugar de peregrinación al que acuden cientos de personas para pedirle milagros o agradecerle los que, según ellas, ya ha hecho...(http://reflexionesdeguionista.blogspot.com.ar/2011/06/el-chacal-de-nahueltoro-cronica-de-la.html).